Cuando el alma susurra

Cuando el alma susurra

A veces, el silencio no es vacío. Es un espacio sagrado donde el alma, suavemente, nos habla. No con palabras ruidosas, sino con emociones sutiles, intuiciones suaves, y ese nudo en el estómago que no entendemos pero que insiste.

"El alma no grita, susurra. Escucharla es un arte olvidado."

La voz interior olvidada

En un mundo lleno de estímulos, olvidamos que también hay una voz interna que merece ser escuchada. Esa voz no busca atención, solo verdad. Nos llama cuando algo no encaja, cuando sentimos nostalgia sin motivo, o cuando una decisión se siente pesada aunque sea “lógica”.

Reflexión: ¿Cuántas veces has ignorado esa sensación interior solo por seguir el camino más seguro o esperado?

Cuando el alma duele

No todo malestar es físico o mental. A veces, el alma duele porque hemos dejado de prestarle atención. Porque vivimos para afuera, para lo urgente, y nos olvidamos de lo esencial. Pero esa incomodidad puede ser una guía: una brújula que apunta hacia lo que sí necesitamos.

Volver al centro

Escuchar al alma no requiere rituales complejos. A veces basta con detenerse, respirar, y preguntarse: ¿qué siento realmente? ¿Qué parte de mí está pidiendo ser mirada, abrazada, reconocida?

El alma no busca soluciones rápidas. Busca presencia. Busca que estés contigo, sin máscaras ni excusas.

"Con los ojos del cuervo vemos más allá. Y en ese más allá, también nos reencontramos."

Una invitación suave

Hoy, regálate unos minutos de silencio. No para pensar, sino para sentir. No para resolver, sino para habitarte. Tal vez descubras que el susurro que sentías… eras tú mismo llamándote a casa.